Unicef alerta sobre los nuevos peligros que amenazan a la infancia
El abandono de su hogar para dirigirse a un campo de
refugiados, ser víctimas de fuego cruzado o que utilicen sus
escuelas con propósitos militares, algunos de ellos
Cuatro
hermanos de entre 3 y 9 años en las ruinas de su casa, quemada,
donde han seguido viviendo junto a sus padres en la ciudad de
Jalal-Abad (Kirguizistán) en junio de 2010 Unicef
Naciones Unidas. (Efe).- Unicef alertó hoy sobre los nuevos peligros que amenazan a la infancia y pidió a la comunidad internacional acciones y compromisos nuevos para preparar a los niños con el fin de que sean "los líderes del mañana".
"En
los tiempos turbulentos de hoy en día, las amenazas a los niños se
incrementan", afirmó el director ejecutivo de Unicef, Anthony
Lake, en un discurso que pronunció en la Asamblea General de la ONU.
Lake
habló sobre la situación de la infancia en un acto especial para
conmemorar hoy el 25 aniversario de la Convención sobre los Derechos
de los Niños, que se celebra con distintos actos en la sede de
Naciones Unidas.
En
su mensaje, Lake dijo que las nuevas amenazas a que se enfrentan los
niños incluyen el abandono de su hogar para dirigirse a un campo de
refugiados, ser víctimas de fuego cruzado en un "conflicto
brutal" o que utilicen sus escuelas con propósitos militares.
Esos
problemas se unen a otros viejos, como el analfabetismo, la pobreza,
las carencias sanitarias y la violencia. Y dio un dato como ejemplo:
"Cerca de 17.000 niños menores de 5 años podrían morir hoy en
su mayoría por causas que se pueden evitar".
Lake
comenzó con un homenaje al autor de libros infantiles Theodor Seuss
Geisel (1904-1991), más conocido como Dr. Seuss, y dijo que él y la
Convención sobre los Derechos del Niño coinciden en algo: "Una
persona es una persona, al margen de lo pequeña que sea".
Dijo
que la convención ha aportado grandes ventajas a la infancia en
campos como la salud, pero, añadió, "para millones de niños
la vida ahora no es mejor".
Recordó
que hay 250 millones de niños que no pueden leer ni escribir y que
tampoco "la vida no es mejor" para 120 millones de niñas y
adolescentes menores de veinte años, o el 10 % del total mundial,
que han sido objeto de violencia sexual en algún momento de su vida.
"Piénsenlo bien: una de cada diez", insistió.
Por
ello, pidió trabajar para las nuevas generaciones, defender "la
cooperación y no el conflicto, la humanidad y no el odio, la
reconciliación y no la venganza", porque así, si están
rodeados de esos los niños, "lo repetirán en su propia vida".
"Lo
importante es preparar los niños de hoy para que sean los adultos
del mañana, los líderes del mañana", insistió.
Los condenados por delitos sexuales no podrán trabajar
junto a menores
El nuevo marco jurídico que prepara el Gobierno modifica 13 leyes
Reconoce como víctimas directas a los menores expuestos a violencia de género
Los funcionarios y profesionales tendrán obligación de denunciar delitos contra menores
Por primera vez, se definen en una norma estatal las situaciones de riesgo y desamparo
Se priorizará el acogimiento familiar frente al residencial
Los trámites de las madres que den a su hijo en adopción se agilizarán
El menor adoptado podrá tener contacto con su familia biológica
El
Gobierno ha aprobado el nuevo marco jurídico de protección de los
menores que, entre otras normas, impide que los condenados por
delitos sexuales puedan trabajar junto a niños y reconoce a los
menores expuestos a violencia
de género como
víctimas directas.
Son
algunas de las medidas que se establecen en la reforma de la
legislación de la protección a la infancia que modifica 13 leyes
para agilizar los procesos de acogimiento y adopción y reforzar la
protección de los menores ante situaciones de abusos sexuales y
violencia machista.
Tres
tipos de acogimiento
Con
la reforma se crea el Estatuto
del Acogedor Familiar y
se definen tres tipos de acogimiento: de urgencia (para menores de 6
años con una duración no superior a 6 meses), temporal (un máximo
de dos años) y permanente (pasados los dos años y cuando no sea
posible la reintegración familiar).
En
cuanto a los menores extranjeros en España, se reconoce su derecho a
la educación, a la sanidad y a los servicios sociales, así como a
la documentación de residencia.
Según
el Gobierno, la reforma convierte a España en el primer país en
incorporar la defensa del interés superior del niño como principio
interpretativo, derecho sustantivo y norma de procedimiento, tal y
como recomendó la ONU en
2013.
12
años de cárcel para la madre que tiró a su bebé por la
ventana
La mujer ha sido condenada a 12 años por tentativa de
asesinato
En 2013, arrojó al recién nacido a un patio de luces de Alicante donde pasó 40 horas
La
Audiencia Provincial de Alicante ha condenado a 12 años de cárcel a
la mujer que arrojó a un patio de luces a su bebé recién nacido.
El juez también ha inhabilitado la patria potestad y prohíbe a la
madre contactar durante 15 años con su hijo, que sobrevivió a sus
primeras 40 horas de vida atrapado entre tuberías en un edificio de
la calle Benissa, en el barrio alicantino de Virgen del Carmen. La
mujer permanecía
en prisión provisional desde
que ocurrió el suceso.
El
fallo de la sección tercera de la Audiencia condena a esta vecina de
Alicante, una madrileña de 27 años, por el delito de asesinato en
grado de tentativa con la agravante de parentesco y le impone un pago
de 30.000 euros por daños morales. La sentencia, que califica de
“milagro” que el bebé “no muriese de hambre y de frío”,
pone fin a un capítulo que horrorizó a los vecinos de Alicante
durante la celebración de las fiestas locales en el verano de 2013.
La
mujer dio a luz el 21 de junio, en la semana 37 de su embarazo,
mientras la ciudad entera se entregaba en la calle a las Hogueras de
San Juan. Lo hizo en la bañera del piso en el que vivía alquilada
con otras dos personas. Allí mismo cortó el cordón umbilical de un
varón de 2,1 kilos y 45,5 centímetros de altura. Y “con ánimo de
causarle la muerte", según la sentencia, lo introdujo en una
bolsa y la arrojó al patio interior.
El
bebé cayó unos cuatro metros en un lateral del hueco del edificio.
Únicamente se fracturó el radio del brazo izquierdo. No fue
descubierto hasta las dos de la madrugada del día 23 cuando una
vecina llamó a los bomberos creyendo haber escuchado maullidos de
gato, hecho que ya había ocurrido en otras ocasiones, según
narraron entonces los vecinos. En lugar del animal, los bomberos
descubrieron uno de los pies del bebé saliendo de la bolsa.
El
menor fue trasladado inmediatamente por el SAMU al mismo hospital,
donde había acudido su madre por sus propios medios dos días antes.
La mujer, que fue detenida allí mismo, no había comunicado el hecho
a nadie y había mentido sobre su estado.
El
fallo judicial puede ser recurrido ante el Tribunal Supremo. El
abogado defensor pidió la libre absolución de su defendida porque,
según su versión, desconocía su estado de embarazo. Durante el
juicio argumentó, como dijo ya dijo entonces la mujer, que esta
únicamente vio cómo liberaba coágulos de sangre que acabó tirando
por el retrete.
Los
informes psiquiátricos manejados por el juzgado reflejaron “ánimo
homicida” por parte de la mujer. Las instituciones públicas
custodian al niño. Durante todo este tiempo, no se ha podido conocer
quién es su padre.
Enero, mes en el que más reclutan niños para la guerra
los grupos armados ilegales aprovechan esta época para alistar a menores de edad.
Los grupos armados ilegales se aprovechan de las vacaciones escolares, especialmente en el mes de enero, para reclutar a menores de edad, según lo evidencian los análisis históricos del Observatorio del Bienestar de la Niñez.Así lo afirmó Diego Molano Aponte, director del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) al alertar a las familias y a las comunidades para que protejan a sus niños y adolescentes de estas organizaciones criminales.
"Debemos estar muy pendientes de evitar este tipo de riesgos. Los niños deben estudiar y gozar su infancia", añadió Molano Aponte e invitó tanto a los menores de edad como a sus familiares a no dejarse engañar por las falsas expectativas de estos grupos criminales, que prometen una mejor vida e ingresos económicos si ingresan a sus filas.
También hizo un llamado para que se denuncien estos casos ante las autoridades competentes.
Según el ICBF en enero se reporta, en promedio, el 20 por ciento de los casos denunciados de reclutamiento de menores de edad, mientras en el transcurso del año esta problemática va disminuyendo.
Antioquia es el departamento donde se presentó el mayor número de casos de reclutamiento de niños y adolescentes en el año 2011, con 564 casos (15,7 por ciento del total).
Los municipios con las situaciones más críticas fueron Ituango, San Andrés y Anorí. Le siguen Meta (350 casos); Caquetá (314), Cauca (277) y Tolima (271), todos en el 2011.
En el país no se cuenta con cifras o estadísticas exactas sobre el número de menores de edad reclutados por los grupos armados. Lo que se sabe, con certeza, es que al Programa Especializado del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar desde noviembre 16 de 1999 hasta noviembre 30 de 2012 ingresaron 5.052 niños, niñas y adolescentes desvinculados del conflicto armado.
Por
defecto e instantáneamente, nuestro inconsciente sitúa el maltrato
a los niños en ambientes sociales marginales. Asocia este problema
con familias muy distintas del hogar medio, insertas en esos
minoritarios entornos humanos que padecen los efectos de una suma
pobreza, una nula instrucción académica o las toxicomanías
El
ciudadano biempensante, cualquiera de nosotros, difícilmente
ubicaría estos lamentables episodios en hogares convencionales, con
padres integrados socialmente y que gozan de una calidad de vida
equiparable a la de la mayoría. El imaginario colectivo no actúa
inocentemente ni por azar. En este caso, al menos hay dos argumentos
que explican por qué asignamos automáticamente estos malos tratos a
los niños con familias de ambiente marginal o especialmente difícil.
En
primer lugar, las noticias que difunden los medios de comunicación
se hacen eco exclusivamente de las prácticas más degradantes y
lesivas para los niños: maltratos físicos graves, torturas,
asesinatos, desatención palmaria a las necesidades elementales de
los pequeños, o el uso de sus cuerpos o imagen con fines
pornográficos.... y apenas prestan atención a otro tipo de
maltratos menos rentables desde una perspectiva de comunicación, por
menos llamativos o menos morbosos.
Y
en segundo lugar, muchos padres que jamás cometerían uno de esos
atropellos que indignan a cualquiera, reducen el maltrato infantil a
un catálogo tan corto de prácticas que les impide reflexionar sobre
la posibilidad de que alguno de sus comportamientos habituales o
esporádicos para con sus hijos pueda tratarse en realidad de un
hecho de malos tratos.
Está en todos lados
Este
problema está más extendido de lo que queremos pensar y, aunque de
manera solapada, se manifiesta incluso en nuestro entorno social más
próximo. Es un drama orillado, porque no se dispone de datos que
sitúen su verdadera dimensión de modo numérico y estadístico. Y
porque es una vergüenza social, un déficit de humanidad,
sensibilidad y cultura cívica que duele asumir como lo que es, una
enfermedad del sistema de convivencia que nos hemos dado los seres
humanos.
No
es pecar de pesimismo pensar que el problema de los malos tratos a
los niños crece en intensidad y frecuencia: nuestra sociedad se
desarrolla y crece en una economía de mercado en la que las
estructuras que generan bienestar social no son suficientemente
eficaces y se tiende a masivas concentraciones urbanas, con el
consiguiente desplazamiento de familias enteras que viven en otros
entornos a ambientes culturales extraños y desprovistos de medidas
de protección y acogida. Además, las bolsas de pobreza y
marginación, cada vez mayores, constituyen un problema de muy
difícil solución en muchos países económicamente desarrollados,
entre ellos el nuestro. Y, desde el punto de vista psicológico,
parece constatarse la tendencia a que la agresividad que generan las
frustraciones que acumulamos a lo largo del día se desahogue
sistemáticamente con los más débiles, en este caso los niños.
El
perfil del maltratador no es forzosamente el de un demonio sin
sensibilidad, un desequilibrado, un marginado sin referencias
sociales o un padre o madre que sufrió el problema en su propia piel
cuando fue niño o niña. Puede caer en estas prácticas cualquier
persona que no metaboliza adecuadamente la angustia que causan los
fracasos y humillaciones en el trabajo, el rechazo de los amigos, la
insatisfacción ante su vida personal. A otros adultos se les va la
mano por simple ignorancia de la repercusión que su comportamiento
puede acarrear para el niño.
Qué es, en realidad, el maltrato
Un
niño es maltratado o sufre abusos cuando su salud física y su
seguridad o su bienestar psicológico se hallan en peligro por las
acciones infligidas por sus padres o por las personas que tienen
encomendado su cuidado. Puede producirse maltrato tanto por acción
como por omisión y por negligencia. Se considera que hay cuatro
tipos de maltrato. Maltrato físico es cualquier lesión causada al
niño como consecuencia de golpes, tirones de pelo, patadas,
pinchazos¿ propinados de manera intencional por parte de un adulto.
También están los daños causados por castigos inapropiados o
desmesurados. Es difícil distinguir cuándo termina la imposición
de la disciplina mediante castigos físicos "razonables" y
cuándo comienza el abuso. Quien utiliza el castigo fìsico argumenta
que lo hace como último recurso, cuando otras alternativas
correctoras menos expeditivas (y que entrañan mayor esfuerzo por
parte de los padres), como las explicaciones y otros castigos o
amenazas menores han demostrado su ineficacia. No tiene intención de
lesionar, sólo pretende corregir una conducta inadecuada. Pero, con
la excepción del "pequeño azote a tiempo"(considerado por
muchos padres como necesario, aunque pervive el debate social al
respecto), que es disculpable sólo cuando el niño se muestra
refractario a cualquier otra forma de corrección, el castigo físico
es un atentado contra la dignidad y la autoestima del niño, y puede
causarle graves daños emocionales.
Los
niños que sufren frecuentes o graves castigos físicos tienden a
reproducir actitudes violentas, ya sea para conseguir sus fines o
incluso sin motivación aparente.
Los
signos del maltrato físico son: quemaduras, fracturas o hematomas,
que aparecen bruscamente sin una explicación convincente; el niño
atemorizado ante el acercamiento de los mayores; los padres que se
refieren a su hijo despectivamente y la familia trata al niño con
exagerada disciplina física.
El
segundo tipo de maltrato es el abandono o negligencia, descuidos
importantes en la esencial tarea de cubrir las necesidades básicas
del niño, ya sea en educación, salud y seguridad o bienestar.
Estamos ante un abandono físico cuando se desatiende la salud del
niño, se le expulsa de casa o se le deja repetidamente al cuidado de
menores, y se trata de abandono educacional cuando no se vela para
que el hijo disponga de una educación y escolarización adecuadas a
sus necesidades. Los signos del abandono o negligencia: absentismo
escolar, problemas visuales o dentales que no reciben la atención
que necesitan, aspecto descuidado, niños pequeños que se quedan
solos en casa, menores mal vestidos cuando la capacidad económica de
los padres no es crítica...
El maltrato emocional
Es
una de las formas más extendidas de maltrato infantil y quizá la
más tolerada socialmente. Son niños insultados, menospreciados o
ridiculizados precisamente por los adultos que deberían fomentar su
autoestima y crecimiento personal. Esta violencia causa en los niños
perturbaciones que influirán en su salud psíquica. Las víctimas a
adoptan comportamientos extremos (llaman la atención o se muestran
muy pasivos) o adoptan comportamientos adultos protegiendo a otros
niños, o parecen más infantiles de lo que por edad les corresponde.
En ocasiones, se han registrado intentos de suicidio en estos niños.
El abuso sexual
Consiste
en los contactos entre un adulto y un niño que proporcionan
satisfacción sexual al adulto sin que el niño pueda dar un
consentimiento consciente. La mayoría se producen en el ámbito del
hogar. El que abusa normalmente es miembro de la familia o una
persona allegada. Los signos de abuso sexual dependen de muchos
factores, como el momento de la vida del niño en que acontecen, si
hubo o no fuerza y amenazas, y de la personalidad del niño y del
abusador. De todos modos, es habitual que el niño que sufre abusos
sexuales se niegue a hacer ejercicios físicos en la escuela, muestre
conductas o conocimientos sexuales inapropiados para su edad y que
pretenda iniciar contactos sexuales con niños menores que él.
Cruz Roja alerta de que 3 de cada 10 niños están en riesgo
de pobreza
La ONG pone en marcha una campaña para repartir ropa, alimentos, material escolar y juguetes entre las familias más desfavorecidas
«Hay
hambre de muchas cosas» entre los niños más desfavorecidos de la
Región. Lo advirtió ayer Juan Luis Chillón, vicepresidente de Cruz
Roja, organización que ha puesto en marcha una campaña para llevar
ropa, alimentos, material escolar y juguetes a las familias de la
Región con hijos en riesgo de exclusión social. Bajo el lema 'Todos
los niños tienen derecho a sonreír' se apela a la solidaridad de
todos porque, como recordó Aurelio Luna, el presidente de la ONG,
«la pobreza no se manifiesta solo en una incorrecta nutrición o en
la falta de ropa para vestirse; también cuando en el colegio se
organiza una excursión y un alumno no va porque sus padres no pueden
pagarla, o cuando se indica la lectura de un libro y no puede
comprarlo». Tres de cada diez niños están en situación de
vulnerabilidad en Murcia, según señala Cruz Roja.
Cáritas
ya alertó la semana pasada de que el riesgo de pobreza alcanza al
27,5% de los menores murcianos, un porcentaje obtenido mediante la
extrapolación de los datos recogidos por la Fundación Foessa en el
Informe sobre Exclusión y Desarrollo Social en España. En 2009, la
población infantil en situación de vulnerabilidad era del 24%, 3,5
puntos menos. Eso significa que la crisis ha provocado un aumento
importante de la pobreza, pero también que los problemas de
desigualdad social en la Región son anteriores a la recesión y
hunden sus raíces en los años de vino y rosas, cuando la economía
crecía a buen ritmo empujada por el ladrillo. «Dos de cada tres
personas en riesgo de exclusión ya se encontraban en esa situación
en los años del 'boom'», recordó ayer Juan Luis Chillón. «Hay
que repartir no solo cuando empiezan a faltar recursos, sino sobre
todo cuando los hay», añadió.
Los
niños son «las mayores víctimas» de esta desigualdad, porque
ellos «se están
jugando
el presente, pero también el futuro». Las
carencias que sufren ahora en todos los aspectos
-de la alimentación
a la educación- marcará su porvenir, recalcó el vicepresidente de
Cruz
Roja.
Los
menores son «las principales víctimas» de la desigualdad porque
«se juegan su futuro» .
Una escuela, condenada por el acoso a un alumno homosexual
La
escuela Nuestra Señora de Montserrat de Cerdanyola del Vallès ha
sido condenada a indemnizar a un alumno con 50.770 euros por el acoso
recibido durante cuatro cursos. Los hechos se produjeron entre 2004 y
2009, motivados, según la víctima J. M. M., por su condición de
homosexual. El juzgado de primera instancia de esta localidad
considera probada la existencia de un caso de acoso escolar y critica
la inacción del colegio. “El centro escolar disponía de datos y
observaciones que suficiente y debidamente analizados podían haber
permitido prever y corregir los comportamientos de acosos que se
produjeron a lo largo de los cursos”, asegura la sentencia con
fecha de mayo y avanzada por El
Periódico.
J.
M. M., que actualmente tiene 19 años, llegó a este centro
concertado de Cerdanyola en 2004. Los problemas con un grupo de
compañeros se iniciaron durante el segundo año. “Me llamaban,
maricón, marginado….”, explicó la víctima a la juez. También
denunció que recibía codazos y que lo intentaban hacer caer por las
escaleras. La madre avisó de estos problemas a los profesores y le
recomendaron que llevara a su hijo al psicólogo. “Se constata que
la relación entre el menor y sus compañeros no era la deseable” y
que era la tutora la que forzaba la situación para que los niños se
relacionaran, detalla la juez, que considera que ya en el segundo año
“la relación entre la madre y la tutora fue lo suficientemente
constante como para detectar una situación de angustia en la madre”.
La
situación se agrava al curso siguiente, hasta que el 2007 se produce
uno de los episodios que más ha quedado grabado en la memoria del
joven. En una excursión a un paraje natural al que se accede
en jeep,
la víctima asegura que algunos compañeros intentaron tirarlo del
vehículo. La dirección del centro admite en un informe posterior
que se produjeron “pequeños incidentes” ese día, aunque niega
el extremo denunciado por la familia porque “era un vehículo
totalmente cerrado”.
No
obstante, dos estudiantes testificaron y confirmaron las vejaciones
recibidas por la víctima de forma continuada, así como el episodio
de la excursión. “Lo intentaron echar del jeep y
durante la hora de comer le intentaron meter un palo por el culo”.
Ese día el joven acabó en urgencias por un cuadro de ansiedad. Sus
compañeras también aseguran que los insultos eran habituales y que
sus acosadores “avisaban al resto de compañeros de que no lo
tocaran porque se podían infectar”
"Me
llamaban, maricón, marginado….”. La víctima también denunció
que lo intentaron
tirar
por las escaleras
Después
de dicho episodio, el centro emprendió algunas medidas como hablar
con las familias de los estudiantes afectados y realizar charlas
alrededor de la intolerancia con los menores. “En ningún caso se
toman medidas de control y vigilancia sobre los menores afectados en
el incidente, ni tampoco ninguna medida disciplinaria”, apostilla
la juez.
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